En un contexto de creciente tensión social y económica, los líderes sindicales vuelven a ocupar un lugar central en el debate público. Daniel Yofra, dirigente de los trabajadores aceiteros y desmotadores desde 2013, ha sido una figura prominente en la lucha por los derechos laborales. En reiteradas ocasiones, Yofra ha criticado duramente la pasividad de la Confederación General del Trabajo (CGT) y ha demandado mayor unidad entre los gremios para enfrentar las políticas gubernamentales que, según él, atentan contra los trabajadores.

Durante una reciente entrevista, Yofra destacó las numerosas huelgas organizadas por su gremio como muestra de una actitud combativa en defensa de los derechos laborales. “En 2015 estuvimos 25 días de huelga, en 2020 fueron 22 días y este mes llevamos 7 días. Evidentemente hay una diferencia”, subrayó, aludiendo a la falta de acción de otros gremios.

Yofra también señaló el impacto que los medios de comunicación tienen en la percepción pública de los sindicalistas. Según él, se ha promovido una visión negativa que ha generado desconfianza entre los trabajadores hacia sus propios representantes. «La culpa no es de los gremialistas, es del gobierno que profundiza las crisis», afirmó tajantemente.

Ante la pregunta sobre la inactividad de la CGT y su resistencia a convocar un paro de mayor alcance, opinó que los líderes actuales están demasiado cómodos en sus «zonas de confort». «Han normalizado la precarización laboral y el salario de pobreza. Este año lo sentimos más porque se trata de un gobierno que ha venido a destruir lo que ya estaba mal», expresó.

Para Yofra, la solución no vendrá de partidos políticos sino de un movimiento obrero más organizado e independiente. Recordó el ejemplo del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) de los años 90, una agrupación que defendió con fuerza los intereses de los trabajadores al margen de la CGT y los partidos políticos. «Es necesario reconstruir y organizar la bronca de los trabajadores», afirmó, abogando por la formación de un frente sindical sólido.

El dirigente también mencionó a figuras como Pablo Moyano y Sergio Palazzo, quienes podrían consolidar una nueva etapa en el movimiento gremial. Según Yofra, muchas organizaciones han mantenido la lucha activa, como el gremio de los neumáticos, y estas deberían unirse en una acción colectiva para enfrentar tanto a la burocracia sindical como a las políticas gubernamentales que perjudican a la clase trabajadora.

En contraste con otros gremios, Yofra destacó las cifras salariales alcanzadas por los trabajadores aceiteros como resultado de su lucha: «El salario básico de un peón es de un millón 560.000 pesos, y eso sin necesidad de estudios o preparación adicional. Pretendemos ahora un millón 900.000 pesos basándonos en los valores establecidos por la ley de contrato de trabajo y la Constitución».

El dirigente aprovechó para comparar esta realidad con la de otros sectores y evidenciar la brecha salarial. “Nosotros cambiamos la postura hace 20 años, mientras que otros gremios han permitido que sus trabajadores se acostumbren a ser pobres trabajando», comentó. En sus declaraciones, subrayó que estas diferencias se deben, en gran medida, a la falta de una voluntad política para luchar por mejores condiciones laborales desde las cúpulas de la CGT.

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